PALAMENCO:

Una visita a “Vuelos del sur”, en el auditorio comunal de Nuevo Chimbote

PALAMENCO:
persistencia y evolución en su pintura

Augusto Rubio Acosta

Hemos llegado al auditorio de la comuna sureña y no hemos encontrado a nadie. La sala carece de público y de pintor alguno que se digne explicarnos algo de “Vuelos del sur”, la muestra pictórica que tenemos al frente. Trilce, mi pequeña acompañante de 6 años, está interesada. Me temo que lo ignorante que es su padre en cuanto a pintura no le baste, tampoco le convenza, mucho menos le cuadre mi interpretación sobre los cuadros y seguro termine preguntando camino a casa cuándo pintamos de nuevo, cuando es domingo para volver a mancharnos de color, y reflexione pensando: “ojalá la misa acabe temprano” y “Pá, mis pinceles están gastados…”.

Lo primero que hemos constatado es la evolución del trabajo de ciertos autores del Taller de Artes Visuales “Palamenco”, responsables de la muestra. Nos detuvimos a observar el guerrero Sechín de Solano, el pedazo de jean de Sandra, sus discos pegados, los palitos de chupete, las maruchas que recogió en La Gramita, los pedazos de madera húmeda y el cartón corrugado de la escuela de Inicial. A mi acompañante le gustó el mono de larga cola en su “Pampa Colorada”, la preocupación por el rescate y conservación de nuestro pasado histórico, quien sabe más de lo mismo dirán algunos, pero absolutamente necesario.

De Mayker encontramos su “Pesca ancestral”, de Lincoln su “Insomnio” con su billete de dólar, el hambre, la lucha proletaria en las calles y el silencio en que siempre nos quieren quienes detentan el poder. El “Pescador de Tancay” de Limay, no lo habíamos visto antes. Los otros: la serie de cuadros de temática religiosa expuesta en la Sala de Arte Municipal hace unas semanas, volvieron a ser puestos, pero hubiéramos preferido algo nuevo. “Esos ya los he visto, Pá…; mira ese ahorcado…”: Era Judas ahorcado en una noche de luna junto al cuadro de un solitario cincuentón que avanza por el caminito empedrado camino al sol.

Son quince jóvenes artistas plásticos, todos ellos estudiantes de la Universidad Nacional del Santa, pero acompañados por 5 invitados especiales entre ellos los conocidos Chinchayán y el director del Taller, Amarildo Obeso, los responsables de la exposición colectiva. “Vuelos del sur” representa otro peldaño en la escalera, un nuevo surco recién sembrado y el testimonio de que los pintores jóvenes merecen un espacio y el reconocimiento del público que quien sabe no comprenda o jamás le interese que exista gente sensible y que practica un arte antiguo, prehistórico pero sumamente vigente para reconocernos a nosotros mismos ante el espejo de la a veces decadente y triste realidad educativa y cultural en que vivimos. ¿Qué hasta cuándo están en el auditorio de la comuna del sur?, pues el tríptico señala que hasta el 12 de junio. Vamos ver las pinturas de Palamenco, llevemos a los chicos, ellos de verdad lo necesitan.